Nos encontramos en tiempos extraños, la repetida “distancia social” nos obliga a guardar una prudente espacio con la gente que nos rodea, nada de besos, nada de abrazos, ya ni siquiera nos damos la mano y optamos por un ligero toquecito en el codo, o pie con pie.

El confinamiento y las medidas restrictivas generan síndromes como el de “la cabaña” o el miedo de muchas personas a relacionarse con los que tienen al lado por miedo al contagio.
Y qué decir de las redes sociales, polarizadas por ideologías que en lugar de mirar por el bien de los ciudadanos deciden enfrentarnos para que nos tiremos los trastos los unos a los otros.
Y en todo este caos, voces, que primero suenan bajito, pero a las que tenemos que darles fuerza, que nos dicen que #EsteVirusLoParamosUnidos, que tenemos que ser un TODO, que somos vecinos, compañeros de fatigas. Que detrás de las mascarillas hay de todo, pero existen muchas sonrisas y personas que comprenden perfectamente como nos sentimos porque a ellos también les pasa.

Este es un llamamiento para que sigamos siendo Comunidad, para que cuidemos a nuestros vecinos porque juntos somos más fuertes.
Como dice la canción «Somos una marea de gente, todos diferentes, remando al mismo compás»
¿Cómo empezar? El primer paso es sencillo: usa la mascarilla, porque cuidando a tus vecinos te ayudas a ti.
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